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Los desterrados

No hay muchos alimentos que nuestro nuevo estilo de vida prohíba, sin embargo, hay algunos, que simplemente por salud, dejando de lado los propósitos de estar en forma, es conveniente que demos de lado.

Atención:

Embolsados

Ya sabes, las patatas de bolsa tan ricas, los triskis, los chisquis, etc.

 

Intenta sustituirlos por frutos secos u otros porque tienen muchas grasas procesadas que no nos hacen ningún bien y no nos aportan apenas nutrientes.

 

Querer estar en forma significa tener que hacer algunos sacrificios.

Refrescos, bebidas con gas,...

Los refrescos son el demonio. Los que tienen gas, las burbujitas, todos ellos (la cerveza no es tan mala).

 

Vamos a ver lo que podemos leer en el dibujo de la derecha:

 

  • Tomar un vaso de refresco al día equivale a consumir casi 18 kilos de azúcar al año. Consumir a menudo bebidas con azúcar hace que interactúen con los genes y afecten a nuestro peso. Las bebidas con azúcar se relacionan con 180.000 muertes por obesidad al año.

  • Tomar mucho azúcar en tu dieta reduce la producción de gándulas del cerebro que nos ayudan a aprender, retener recuerdos y procesar la insulina. Además, consumir mucho azúcar también daña el cerebro al decirte que pares de comer.

  • Los altos niveles de ácido fosfórico se relacionan con las piedras del riñón y otros problemas renales. Los refrescos lights llevan añadidos que duplican estos problemas renales - especialmente cuando se consumen más de dos vasos al día -.

  • La carbonatación en los refrescos puede causar gases, malestar, hinchazón y aumentar la irritabilidad. La cafeína además empeora los episodios de diarrea o produce estreñimiento.

  • La toma de refrescos se relaciona con la osteoporosis y la pérdida de densidad en los huesos, como lo hacen también el ácido fosfórico y la cafeína.

  • Consumir a menudo refrescos nos lleva a incrementar el riesgo de sufrir ataques al corazón y paradas.

  • Cuantos más refrescos tomes, más posibilidades tendrás de desarrollar asma o enfermedades pulmonares.

  • Los altos niveles de ácido en los refrescos degradan tus dientes casi como si bebieses ácido.

Bollería industrial

El hermano del demonio. NO comáis bollería industrial. Si os apetece mucho mucho mucho, comprarla como mínimo en la panadería y ved que la han hecho ahí.

 

También me quiero referir a las galletas, magdalenas, etc. que compramos ya hechos. Si os apetecen, intentad coger las más naturales que veáis, aunque lo mejor sería que las elaborárais en casa.

Comida rápida

No se trata de abandonar las hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas, pollo frito, no.

 

Se trata de no comerlos en los restaurantes de comida rápida, dónde los fríen en pura grasa.

 

Si de verdad te apetece na hamburguesa, háztela tú mismo en casa. Te aseguro que además de tener mayor tamaño y mejor sabor, no será tan maligna con tu cuerpo.

 

Aunque todo en moderación, que por comer hamburguesa en casa no quiere decir que haya que tomarlo todos los días.

 

Intenta llevar siempre una manzana o un sandwich si crees que ese día llegarás tarde a casa. Así quizás evitemos que pases por el restaurante de comida rápida al tener mucha hambre.

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