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¡Me gusta comer!

 

A mi también. El truco para adelgazar no consiste en comer poco o dejar de comer algunos tipos de alimentos. Como dicen las abuelas, hay que comer de todo, pero es un justa medida.

 

Quiero recordaros que no se trata de hacer una dieta. Las dietas están destinadas al fracaso por la prohibición de algunos alimentos (encima los que más me gustan) que terminamos echando de menos.

 

Presta atención a los imprescindibles:

 

El agua

 

El agua tiene muchísimos beneficios, repasemos los más importantes. Al día una buena cantidad de agua son dos litros. Os recomiendo que tengais una o varias botellas de medio litro (para que os sea fácil llevarlas a dónde sea) y por tanto, bebáis 4 botellas al día. 

No se trata de beber por beber, si en todo el día no habéis bebido agua, no teneis que tomaros las cuatro botellas antes de acostaros. Se trata de beber poco a poco a lo largo del día.

Realmente el agua reduce la celulitis, te mantiene algo más lleno y produce muchos cambios dentro de nuestro organismo. 

 
La fruta

 

Olvidaros completamente del mito de "la fruta engorda". La fruta tiene azúcares, ¡claro!, pero no se trata de azúcares refinados ni nada por el estilo. Son "azúcares buenos" quizás lo que te haga engordar es la tarta de chocolate...

Comprar fruta de temporada, siempre. Más barata, más rica. 

Variar vuestras frutas, no caigais en la monotonía.

Cuando vayáis a comer fruta, no se trata de hincharse o probarlo todo. Come lo que te quepa en la palma de la mano (no hace falta que la cierres). Y prueba diferentes combinaciones (a mí me gusta mucho merendar un bol de kiwi, mandarina y plátano).

Acuerdate de lavárla antes de comerla y la manzana, con piel.

La verdura

 

Una buena salvación cuando mi nevera está vacía es la menestra, congelada. Olvidaros de la leyenda que dice que los alimentos congelados pierden sus propiedades. Puede ser verdad, pero no es el caso de la menestra congelada. Sola, aliñada o como ensalada (anádele maíz, atún, tomate, ...).

La lechuga, la escarola, los canónigos, todos nos vienen perfectos. Se dice que retiene líquidos, pues no os voy a mentir, cierto es. Para contrarrestar ya bebemos nuestro agua ¿verdad?

Para acompañar la carne o el pescado siempre podeis poner un poco de brócoli o coliflor (que también están muy ricos con un toque de pimentón y aceite caliente).

Los pepinos, pelados, con un poco de sal y aceite son un buen aperitivo, aunque también podeis usarlos como base de ensalada.

 

El pescado

 

Ya sean los langostinos, una buena pieza de salmón, las sardinas de lata (las picantonas de albo están riquísimas), la merluza, lo que sea, nos vendrá genial.

A la plancha acompañados de alguna verdura, los pescados al horno, pero nada de freidora.

El pescado en general es una buena fuente de proteina que no debe faltar en nuestras comidas a lo largo del día. Comer un mínimo de dos piezas por semana puede ayudarnos mucho, además de dejarnos satisfechos.

 

 

 

Y los que faltan, ¿qué?

 

Ya hemos visto los imprescindibles pero cuidado, hay muchos otros alimentos que quizá no consumamos cada día, pero que si tenemos que comer a menudo.

 

El arroz

 

Si no somos deportistas, no tenemos que comer arroz todos los días. Os recomiendo que comáis arroz los días que realiceis ejercicio cardiovascular intenso. Hay que reponer fuerzas.

Particularmente, yo como arroz integral. No es algo sumamente diferente al arroz normal, ni en sabor, ni en características. Podeis comer arroz del de toda la vida, aunque evitar el arroz bomba.

Con verduras, con tomate, solo, la verdad que el arroz gusta siempre.

 

 

El pollo

 

Con pollo me quiero referir a pavo, pollo, lo que sea. Es una fuente de proteinas. Todos los días quizás no, pero sí a menudo. Nada de rebozados ni empanados. El pollo no necesita compañía. A la plancha, acompañado de alguna salsa (mostaza) o con limón, siempre está rico. También podéis hacer pechugas al horno, trocearlas y ponerlas en un ensalada.

Una buena opción es el codillo de IKEA. 

 

 

La pasta

 

La pasta es sin duda mi gran debilidad. El caso es el mismo que el arroz, hay que comerla el día que nos ejercitemos intensamente con el cardio.

Si queréis comer pasta con tomate, prepararos una buena salsa casera. El tomate de bote no es que esté mal, pero una salsa casera tiene más nutrientes, y todos sabemos que sabe mejor. 

Ojo, la pasta hay que cocerla bien pero sin pasarse.

 

 

Los huevos

 

Los huevos yo los como a diario, porque como podreis comprobar en el menú modelo los necesito en mi desayuno. 

No recurráis siempre al huevo cocido por tener menos grasas. Variar en función de sus acompañantes. Las tortillas de bonito de lata, el huevo frito, el huevo cocido, cada uno tiene su función.

Cuando hagais un huevo frito, procurar no darle un baño de aceite, que no sea necesario recatarle con la espumadera.

 

 

También tienes que saber...

 

Bueno, hasta aquí los alimentos típicos de cada día. Tranquilos, no me he olvidado del dulce ni del pan.

Como os he dicho antes, se trata de comer de todo, en moderación.

El pan de sandwich es un buen compañero para desayunos y meriendas.

No hace falta que sea integral, tú simplemente come el que más te guste,

aunque intenta evitar las rebanadas muy grandes.

 

El pan-pan. Es decir, el pan de la panadería. Nunca he sido muy fan de él en el sentido de tener una barra de pan en casa para acompañar cada comida. Pero entiendo la gente que tiene ese hábito. Os invitaría a probar a reducirlo o suprimirlo, ya que nos hincha y es harina pura. Un buen truco para comer pan cuando queramos es comprar el pan, partirlo a la mitad y luego en diversos trozos y congelarlo. Cuando queramos comerlo, simplemente tendremos que meterlo en el tostador y os aseguro que está tan rico como recién comprado.

El chocolate. Cuanto más puro mejor. Probar a comerlo cuando os apetezca, una onza (al día). Si no os apetece, no lo comáis. Si os apetece, comer una onza, y si os sigue apeteciendo, pensar en la onza que comeréis al día siguiente. Cuanto menos comáis de ello, más satisfacción os producirá esa pequeña onza.

Los lácteos. Una vez ví un documental que decía que los lácteos absorben la grasa de los alimentos y la expulsan cuando vamos al aseo. ¿Esto qué quiere decir? Que deberíais tomar un yogur al día, o un poco de queso fresco. Dejaros para ocasiones especiales el queso de untar y los batidos. No os obsesioneis con la leche desnatada, semi y entera. Yo tomo la semi, porque es la que más me gusta, aunque sólo la uso para acompañar al café.

Los frutos secos. Los frutos secos tienen aceites vegetales muy buenos para nuestro organismo, aunque es verdad que engordan un poco. Con ello lo único de lo que debemos tener cuidado es de no comer en grandes cantidades. Añadir unas nueces a la ensalada o el yogur o merendar una ración de pistachos son buenas opciones. Si compras pipas, evita las pipas con sal.

Los zumos. ¡Cuidado! Muchos zumos están demasiado preparados. Cuando los compréis intentar comparar las características (añadidos artificiales, porcentaje de zumo natural) para elegir el mejor. Aunque lo mejor sería un buen zumo natural recién exprimido en casa.

El té. Muy buen recurso en una dieta si se pretende adelgazar. Es muy simple calentar una taza de agua en el microondas y añadirle la bolsa de té. Al principio es posible que no le cojáis el gusto, pero después de probarlo 3 o 4 veces, ya os gustará.

La miel. Es tu aliado a la hora de añadir un toque dulce. En las ensaladas conjuga muy bien, aunque su mejor sitio es en el yogurt natural. Si tienes la oportunidad de comprar miel natural, ¡aprovéchala!

 

 

Si echas en falta algún alimento o bebida quizás sea porque esté los desterrados

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